lunes, 23 de marzo de 2009

Siete reglas para un joven que quiera ser hombre de provecho

Estaba repasando un hermoso libro que le tomé prestado a mi madre hace mucho tiempo, Ilustrísimos señores (de Albino Luciani, que fue Papa con el nombre de Juan Pablo I), cuando encontré un capítulo sugerente para los jóvenes. El argumento del libro es una correspondencia ficticia entre el autor y personajes de distintas épocas, tanto reales como de ficción:Charles Dickens, Mark Twain, Pinocho, Santa Teresa de Ávila, el barbero Fígaro... De momento, Albino Luciani demuestra una enorme cultura literaria, histórica y filosófica. En la carta que le dirige a San Bernardino de Siena (predicador franciscano, 1380-1444) recupera las siete reglas que el santo le dirigía a los jóvenes de su época, y que Luciani, escribiendo en 1970 (aproximadamente), adapta a la juventud de su momento, y que yo, quizá en una vana esperanza de que a alguno le haga reflexionar, os ofrezco ahora: Siete reglas para un estudiante de hoy, a saber
1- Aprecio. Uno no llega a estudiar si primero no aprecia el estudio.
2- Separación. ¿Separarse de qué? De lo que más estorbe al estudio. Para unos será el ordenador, para otros ciertas compañías o hábitos...
3- Tranquilidad. La oración que San Bernardino recomendaba a los estudiantes era "Da, Señor, reposo a nuestra mente".
4- Orden, equilibrio.
5- Perseverancia. Dice Luciani: "En la escuela y en la vida no basta desear, hace falta querer. No basta comenzar a querer, hay que seguir queriendo... La mayor desgracia de un joven estudiante, más que la poca memoria, es una voluntad débil". Creo que está todo dicho.
6- Discreción. Es decir, no correr más de lo que permiten tus piernas.
7- Delectación, es decir, estudiar con gusto. Pero el gusto, ojo, no llega inmediatamente, sino poco a poco, tras ir derribando obstáculo tras obstáculo.
Ojalá no os sea inútil.

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