Es raro que alguien no tenga en mente la imagen del cuadro de Velázquez que llamamos Las Lanzas... o La rendición de Breda. Bueno, está claro que habrá mucha gente por ahí que no tenga ni idea de qué estamos hablando. Pero en general, quien más quien menos reconocería como familiar la obra, aunque no sepa ni el autor ni el hecho histórico al que se refiere.
El 2 de junio de 1625 la ciudad holandesa de Breda, muy cerca de la frontera con Bélgica, fue tomada por los españoles. Se trataba de recuperar una plaza que llevaba en manos de los rebeldes holandeses desde 1590. Y fue el magnífico Ambrosio de Spínola quien lo consiguió. Aunque para poco tiempo, porque en 1637 pasó de nuevo a manos holandesas (el contexto general es el de la Guerra de los 30 años -1618-1648).
Al margen de estos vaivenes azarosos, el hecho ha pasado a una dimensión histórica superior de la mano de uno de los genios indiscutibles de la pintura universal, Don Diego Velázquez. Aunque, para ser precisos, la rendición fue el día 2 de junio, y la entrega de las llaves (acto que Velázquez plasmó) fue tres días más tarde.
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