Según el calendario. Es decir, según el sistema de organización de las calendas... del tiempo. Estamos hablando de la regulación del tiempo. Los creadores, organizadores y controladores de los calendarios son los amos del tiempo. Una función vital, y que nos pasa desapercibida, por cotidiana. Hay tantos calendarios como sociedades. Y hay sociedades cuya necesidad de controlar el tiempo es mínima, y, por tanto, no tienen calendario.
Hemos interiorizado el calendario gregoriano, que llamamos occidental. Pero hay otros muchos. Es cierto que la mayoría no está en uso, pero... ¿qué decir del calendario musulmán? Por supuesto, nada de fin de año. Hoy es el 1 de Rabi-ath-Thani de 1438 (me he servido de este instrumento: conversor de calendarios). En el calendario judío tampoco es el último día del año, sino el 2 de Teveth de 5777. Podríamos seguir con el calendario chino, el japonés, el persa, el maya...
El imperio occidental ha supuesto también la extensión de su manera de contar los días.
Como curiosidad, algo que ya alguno de vosotros conoce. Cuando se abandonó el calendario juliano para adoptar el gregoriano (1582) hubo quince días que se perdieron para siempre en nuestro cómputo. ¿Alguien sabe qué días fueron esos?
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