Sucedió el 29 de julio de 1876. El instituto Nacional de Meteorología el termómetro de la ciudad de Murcia alcanzó el valor de 47'8 grados. Al día siguiente, el diario La Paz publicaba que la temperatura había alcanzado los 46 grados a la sombra, y que a la una de la madrugada marcaba 34. ¡Y dónde estaba el aire acondicionado entonces! ¿Os imagináis lo que sería hoy soportar una madrugada de más de 30 grados... sin el famoso aire acondicionado?
Bueno, pues eso no es todo. Entonces tenía la cátedra de Física del Instituto Provincial de Segunda Enseñanza (hoy, IES Alfonso X; pero entonces tenía su sede en lo que es hoy el IES Licenciado Cascales) el eminente profesor don Olayo Díaz. Don Olayo fue uno de los más destacados científicos con que contó Murcia en el siglo XIX (y si no, que se lo pregunten a Carlos López), y por eso cuando publicó los resultados de sus mediciones, la prensa no tuvo más remedio que hacerse eco. Y el caso es que, según sus mediciones, la temperatura alcanzada no fue de 47'8, no... sino de ¡65 grados!
Antonio Botías rescató esta historia, y la publicó, junto con otras igual de interesantes y sorprendentes, en su libro Murcia, secretos y leyendas.
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