jueves, 18 de julio de 2019

18 de julio: memoria de muchos acontecimientos...

Hay que ver qué cantidad de cosas se pueden conmemorar un 18 de julio: batallas, catástrofes, nacimientos, fallecimientos, gestas... Por supuesto, a cualquier aficionado a la historia (o profesional) en España, lo primero que se viene a la cabeza es el alzamiento contra la República. 
Pero se podría hacer memoria del edicto de expulsión de los judíos de Inglaterra (del que apenas se habla... a pesar de que fue más de 200 años anterior al de Isabel y Fernando -en 1290); del inicio de la construcción de la catedral de Florencia (1334); de la muerte de Caravaggio en 1610; del vuelo de Amelia Earhart atravesando el Atlántico (1928)... ¡De tantas cosas!
Pero de todas ellas nos quedamos con el 696 aniversario de la canonización de Santo Tomás de Aquino, patrón de la enseñanza secundaria y superior, y al que recordamos cada 28 de enero no estudiando, sino lo contrario: dejando de ir a clase. Santo Tomás de Aquino, a quien apodaban el Buey Mudo cuando era joven (por gordo y por callado; llegó a pesar, según dicen, más de 130 kilos), y el Doctor Angélico cuando destiló toda su teología, redactó una bellísima oración para antes de acometer el estudio. Da igual ser creyente, que indiferente, que ateo militante. Lo que dice, todos lo quisiéramos:
Creador Inefable!
Tú, que eres la verdadera fuente
De luz y de sabiduría
Y el principio supremo
Dígnate infundir
Sobre las tinieblas de mi inteligencia
El resplandor de tu
Claridad, apartando de mí la
Doble oscuridad en que he nacido:
El pecado y la ignorancia
Tú, que haces elocuente la
Lengua de los niños, educa
También la mía e infunde en
Mis labios la gracia de tu bendición
Dame agudeza para entender,
Capacidad para asimilar,
Método y facilidad para aprender,
Ingenio para interpretar
Y gracia copiosa para hablar.
Dame acierto al empezar;
Dirección al progresar
Y perfección al acabar.
Tú, que eres verdadero Dios
Hombre que vives y reinas
Por los siglos de los siglos.
Amén

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