De esos que aparecerá en los manuales dentro de pocos años: 17 de diciembre de 2014, simultáneamente, Raúl Castro y Barack Obama anuncian el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.
La historia se remonta a 1959. Fidel Castro, Ernesto Guevara, Camilo Cienfuegos y otros líderes revolucionarios (llamados cariñosamente "los barbudos") llegan a la Habana culminando el proceso de lucha contra el gobierno corrupto de Fulgencio Batista. En pocos años, Fidel, que partía de posiciones ideológicas muy cercanas al liberalismo (por no decir abiertamente liberales), va derivando hacia posiciones comunistas, circunstancia que es aprovechada por la Unión Soviética. Son los años de la Guerra Fría, y tener un amigo a poco más de 100 kilómetros de los Estados Unidos tenía un valor estratégico extraordinario. Así que Kruschev y los suyos se vuelcan apoyando al régimen castrista.
La reacción de los norteamericanos no se hizo esperar. Y empieza la partida, el pulso... el 14 de octubre se decreta el embargo económico sobre la isla, que incluye medidas de aislamiento político. Se acaba la presencia diplomática USA. De forma bastante torpe, se jugó la baza militar: bahía Cochinos fue el intento frustrado de invasión de Cuba, orquestado por la CIA, y del que formaron parte 1.500 cubanos exilados en Estados Unidos.
"Por allí vinieron, pero allí quedaron...", que cantaba Carlos Puebla.
Presintiendo que los EEUU no desistirían de sus planes de invasión, Castro reforzó su posición con ayuda de la URSS, mediante la instalación de rampas de lanzamiento de misiles. Cuando este plan fue descubierto, la reacción fue inmediata. Llevó al mundo a una situación crítica: la crisis de los misiles (octubre 1962).
En esos años se forjó la enemistad entre EEUU y Cuba... hasta hace dos días.
Aunque de eso, en realidad, hay mucho que hablar. Ya veremos... Como dice David: aquí pasa algo...
Lee la noticia, y los enlaces en El País... o dónde tú quieras.
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