5 de junio de 1625: Breda se rinde

Breda es una ciudad holandesa situada cerca de la frontera con Bélgica. Como tantas otras plazas de los Países bajos, sufrió idas y venidas en el larguísimo conflicto que se desarrolló entre 1568 y 1648, y que algunos denominan "La guerra de los ochenta años". 

Fruto de la herencia de Carlos V, los Países Bajos se incorporaron a la Monarquía Hispánica. Pero la evolución de las tendencias religiosas tras la ruptura luterana y sus consecuencias llevó a un mapa en el que las propuestas de las iglesias reformadas avanzaron de forma rápida, haciendo frente al catolicismo militante de Felipe II. 

En 1568 la dureza del Duque de Alba, gobernador de los Países Bajos, provocó la ruptura. Y Breda quedó en la zona de influencia holandesa, integrándose en 1579 en la Unión de Utrech (germen de la República de las Provincias Unidas del norte). Pero en 1581 fue conquistada por los españoles, dirigidos por Claude de Berlaymont, señor de Haultepenne (de hecho, el episodio se denomina también "la furia de Haultepenne"). Y en 1590 es reconquistada para los rebeldes holandeses de la mano de Mauricio de Orange. 

Entre 1585 y 1609 las Provincias unidas viven una situación de independencia "de facto". Y al final de este periodo, por puro agotamiento, se firma "La tregua de los doce años". El estallido de la guerra entre el Imperio Habsburgo y sus súbditos protestantes (Montaña Blanca, 1618) abre la puerta a esa guerra global que acabó llamándose la "Guerra de los Treinta años". Y los Habsburgo hispánicos hicieron causa común con sus parientes centroeuropeos; mientras que los protestantes holandeses se alineaban con los enemigos de su enemigos: protestantes, calvinistas, franceses (católicos, por si alguien no lo recuerda). 

En 1625, dentro de este marco, el general Ambrosio de Spínola (genovés al servicio de la Corona Hispánica, y comandante de los Tercios de Flances) vuelve a conquistar la ciudad de Breda en un nuevo episodio bélico. Y en 1637, volvería a ser controlada por Holanda, gracias a Federico Enrique de Orange-Nassau.

Pero la toma de Breda en 1625 ha quedado como un hito de la historia del arte, gracias a Diego Velázquez, y por ello recomendamos que consultéis este artículo de la página del Museo del Prado:
- Rendición de Breda.