El uno de enero de 1818 aparecía en Londres la primera edición de una obra que marcó un hito histórico: Frankenstein, o el moderno Prometeo. Su autora, Mary Woolstonecraft Shelley, de soltera Godwin.
Echar un vistazo al entorno familiar de la autora nos deja pasmados. Hija de William Godwin, uno de los pensadores europeos precursores del anarquismo; y de Mary Woolstonecraft, autora de una obra clave en la historia del feminismo (Vindicación de los derechos de la mujer); y esposa de uno de los grandes poetas románticos ingleses, Percy Shelley.
Cuenta la historia que la semilla de la novela Frankenstein nació en un verano histórico, en Suiza, en que se reunieron para pasar la estación Percy y Mary Shelley, Lord George Byron, John William Polidori y Claire Clairmont. Allí proponían juegos literarios, filosóficos, retos... Uno de ellos, escribir una obra de terror. Polidori y Mary Shelley lo consiguieron. Allí nació Víctor Frankenstein, el médico que creo a un hombre (ya sabéis que la mayoría piensa que Frankenstein es el nombre de la criatura). La idea creció, y se publicó. Y halló fortuna, hasta hoy.
Puede que muchos no sepan que esa noche única fue llevada al cine por un autor español, Gonzalo Suárez, en Remando al viento (1987).
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