Ahora que en tantos escenarios se está planteando la definición de identidades nacionales/regionales como punto de partida para la reivindicación de derechos políticos, cabe recordar que toda nación es una invención. Algunas de esas invenciones prosperan, otras se diluyen, otras fracasan. Otras, contra todo pronóstico, perduran (véase el caso del pueblo judío). El ambiente es propicio para estudiar el caso y los casos, y así aparecen publicaciones como la de B. Anderson (Comunidades imaginadas), la de N. Davies (Reinos desaparecidos) o la de A. y E. Escolar sobre Castilla (La Nación inventada).
El caso es que la nación se define sobre los puntales de lo que nos dota de identidad común y, por defecto, sobre lo que no forma parte de esa identidad. Dicho de otra forma. Definir lo que somos implica necesariamente definir lo que no somos, y forma parte del ser de los otros. El nacionalismo, históricamente, se construye a la contra, contra el otro. Y da pie a una respuesta.
Tabarnia es una respuesta a lo que una parte de la sociedad catalana propone como Cataluña (El ser de Cataluña y el ser de los catalanes). Es la definición frente al nacionalismo, de una forma un tanto pintoresca, pero que debería hacer reflexionar a muchos. Para empezar, a nosotros mismos.
Aquí dejo diferentes enlaces para quien quiera detenerse en este punto:
- El País
- Abc
No hay comentarios:
Publicar un comentario