¿Cómo se hace un comentario de texto? Lo hemos hablado muchas veces en clase... Pero quizá la mejor manera es que os deje un segundo ejemplo (en una entrada anterior hay otro) de lo que es un buen comentario de texto. Es igual quién lo haya hecho...
"Análisis formal:
El autor de este texto es el italiano Amadeo de Saboya (1845-1890), segundo hijo de Víctor Manuel II, rey del Piamonte y posteriormente de Italia, y de María Adelaida de Austria, bisnieta de Carlos III. Fue el primer monarca español elegido en un Parlamento, aunque su reinado fue de apenas dos años. Es también el duque de Aosta.
Este texto fue escrito y publicado en febrero de 1873, momento en el que Amadeo I deja la corona de España y se proclama la I República española, que duraría hasta el 29 de diciembre de 1874.
Se trata de una fuente primaria, contemporánea de los hechos que relata, y directa, redactada por el protagonista del acontecimiento. Además, es un texto de carácter político y jurídico; cuya intención es la de informar y trasladar la propia decisión de Amadeo I de abdicar, además de justificar y argumentar su decisión ante los españoles.
Por último, añadir que se trata de un documento público, por lo que su destinatario es toda la ciudadanía española, a pesar de que de manera directa se dirija a las Cortes y diputados. Esta ciudadanía, esta nación a la que Amadeo traslada su decisión era una población variada, enfrentada y descontenta. Es un texto de ámbito nacional y oficial, ya que emana de la autoridad derivada del Estado.
Análisis del contenido:
Con este texto, Amadeo I de Saboya, Rey de España durante dos largos años (1871-1873) del Sexenio Revolucionario, expresa su decisión de renunciar a la Corona, abandonar a España y volver a Italia, ante el declive de la nación y sus numerosos conflictos internos.
Nos encontramos en pleno Sexenio Revolucionario, que se prolonga hasta el año 1874 y comienza con la Gloriosa o la Revolución de septiembre de 1868. La crisis de subsistencia, económica y el desempleo protagonistas de los últimos años de reinado de Isabel II, su deplorable gestión y el gobierno moderado y autoritario de cuartel de Narváez durante la Unión Liberal desembocan en una crisis política que sacude a España, generando sublevaciones y descontento. Todo ello lleva a los principales líderes militares y civiles opositores a la Reina a firmar en 1866 el Pacto de Ostende, mediante el cual pretendían expulsar tanto a Isabel II como a toda la dinastía borbónica del trono de España. Hasta 1868 se da la descomposición del régimen y en septiembre de ese mismo año, se produce un pronunciamiento militar en Cádiz que a la voz de “¡Viva España con honra!” dirige hasta Madrid a los sublevados encabezados por el general Prim, Fco. Topete y Serrano. Se instaura un gobierno provisional y comienza el primer intento de establecer un régimen político democrático con forma de monarquía parlamentaria con Amadeo de Saboya.
“Grande fue la honra que merecí a la nación española eligiéndome para ocupar su trono”: una vez decidida como forma de gobierno la monarquía parlamentaria y escogido Serrano como regente, España se lanza en una cómica y desesperada búsqueda por el extranjero de un rey. Finalmente, Amadeo fue elegido democráticamente por las Cortes, obteniendo un total de 191 votos, frente a los 60 del proyecto de república federal y los 27 del duque de Montpensier. Su “candidatura” fue apoyada y defendida con fiereza por Juan Prim, en su empeño por obtener para España una monarquía no borbónica y progresista, que apoyara la Constitución de 1869, previamente aprobada. Prim logró su objetivo y colocó a Amadeo en el trono de España, pero no logró a verlo con la corona sobre su cabeza, pues en 1970 las amenazas y los odios que rodeaban a su persona se materializaron y fue asesinado. Esto será un factor importante y, a la larga, condicionante en la abdicación de Amadeo I, pues, difunto Prim, el duque de Aosta quedaba sin defensa ni apoyos. De hecho, Amadeo no era querido por España, ni alfonsinos, ni carlistas, ni republicanos, ni progresistas lo apoyaban; y él y su mujer fueron víctimas de burlas, bromas y descontento general, hostilidad que le llevó a sentirse ignorado o atacado o burlado y que provocó su marcha. Ni siquiera los diputados a los que va directamente dirigido este documento apoyaban a Amadeo.
“La España vive en constante lucha”: en solo seis años, la Nación española fue escenario de un caos e inestabilidad ingobernables, y se vio manchada de sangre por tres grandes guerras, además de los sucesivos motines, sublevaciones e injurias. Estas fueron la Guerra de Cuba, de 1868 a 1878, período de crisis y debilidad española aprovechado por los cubanos y su líder Carlos Manuel Céspedes en la lucha por una independencia que no lograron hasta 1898; la III Guerra Carlista, que estalló en 1872 y no fue aplacada hasta 1876; y el Levantamiento Cantonal, cuya máxima expresión fue ya durante la I República en 1873, pero Amadeo también hubo de sufrir y lidiar con los primeros levantamientos cantonales o federales en ciudades como Cartagena.
“Lo he buscado ávidamente dentro de la ley”: el marco legal que dirige a Amadeo y las Cortes en esta época es la Constitución de 1869, una constitución progresista que establece la soberanía nacional, la división de poderes, la reducción de poderes del Rey (función representativa de la voluntad de la nación, sin capacidad de veto), dos cámaras legislativas, sufragio universal masculino (que más tarde fue restringido). Además, se amplía la declaración de derechos y libertades, entre estas la libertad de culto. Además, en esta época el arco político se ha visto ampliado, modificado y diversificado, con la aparición de nuevas fuerzas más allá de progresistas y moderados.
Este documento también es prueba de la debilidad de la institución monárquica iniciada con la expulsión de Isabel II y que continuará hasta nuestros días. En cuanto a las consecuencias de esta comunicación, la abdicación de Amadeo trajo consigo la I República a España, en la que, a pesar de su corta duración, distinguimos dos períodos que serían igualmente inestables al reinado de Amadeo: republicanismo federal de Pi i Margall y republicanismo centralista de Serrano.
En conclusión, se trata de un texto sumamente trascendental para la Historia de España, un reflejo de la situación del país en una de sus épocas más convulsas: el Sexenio Revolucionario. Es un texto completamente fiable, a pesar de no ser objetivo, pues expresa la situación únicamente desde el punto de vista del cansado y burlado Amadeo de Saboya."
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