¡Pues no se conoce! Es muy poco lo que podemos afirmar como seguro: por una parte, la relación con la cuaresma; por otra, la relación con los hábitos alimenticios que, a su vez, se relacionan con la cuaresma.
En el calendario festivo, el Carnaval precede a la Cuaresma, época de penitencia en la cual se suprimía el consumo de la poca carne a la que la población tenía acceso. Una vez terminada la Cuaresma, vuelve la alegría con la Resurrección de Cristo, y podemos (bueno, el que pueda) comer carne de nuevo... así que enterramos la sardina.
Pero no todo el mundo parece de acuerdo. Tomemos como ejemplo la entrada del blog "Ya está el listo que todo lo sabe" (entrada del 21 de febrero de 2007):
"Hay dos versiones sobre el origen del “entierro de la sardina”.
La primera nos explica que la costumbre de enterrar la sardina nació hace tres siglos en Madrid durante las fiestas que se celebraban para anteceder a la Cuaresma. Tal día como hoy se reunía la gente en el campo y lo que se enterraba, en efecto y como reclama la lógica, no era un pez, sino un cerdo abierto en canal al que se llamaba “cerdina“. La tradición se fue extendiendo por otros pueblos y ciudades del el país, pero adoptaron la costumbre de oído, ya que confundiendo los términos, de modo que la cerdina acabó en sardina, y así, por la vía de la confusión lingüística, la sardina se ha convertido, sin lugar a dudas, en la protagonista del final de las fiestas de carnaval.
Podéis comparar esta información con la que proporciona el portal Regmurcia con respecto al entierro de la sardina en Murcia. Aquí se desarrolló gracias a estudiantes murcianos que quisieron reproducir en su ciudad las mascaradas que habían visto en Madrid... y para saber más:
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