Os prometo que no era mi intención. Estaba buscando otra cosa. Pero me he tropezado con dos artículos que mueven a pensar. De un lado, un artículo de ABC sobre la rendición de Barcelona en 1714. Como últimamente he puesto varios artículos que defienden diversas posturas, pues una más. Y como siempre: que cada cual decida qué es lo más ajustado a la realidad. Ahí va:
Y el otro... El otro es la leche. Recoge la crónica de la reunión que se mantuvo en la Generalitat entre F.X. Hernández Cardona, director del Departamento de Didáctica de las Ciencias Sociales de la Universidad de Barcelona, con un grupo de profesores de secundaria y primaria. ¿Para qué? Para explicarles cómo deben explicar la Guerra de Sucesión. Así, tal cual. Ustedes deben explicar así, y no de otra manera, la Guerra de Sucesión. ¡Olé la didáctica, la ciencia, la libertad de cátedra, y la libertad de pensamiento! Pero es que además, si creemos al cronista, en un momento dado explicó:
"Y, así, con esta base, los niños podrán llegar a la conclusión de que en la batalla de 1714 había "buenos" y "malos": "En la II Guerra Mundial, con todas las matizaciones que se quieran, hay consenso, a nivel de escala planetaria, y se sabe quiénes era los buenos y quiénes eran los malos. Y si alguien quiere discutirlo... puede que la delegada del Gobierno [en Cataluña] tenga alguna idea al respecto. [...] Y, al igual que en esta guerra mundial, también podemos hablar efectivamente de buenos y malos en esta otra guerra, que podríamos considerar mundial, como fue la Guerra de Sucesión". Una consideración que Hernàndez concretó: "¿Quiénes eran los buenos? La gente que estaba trabajando para la participación política, para la democracia, para la libertad de comercio, para lo que era, en aquel momento, el progreso: Holanda, Inglaterra... y Cataluña estuvo en el lado que tocaba, al lado de la gente que estaba trabajando por un mundo muy similar al que ahora tenemos. ¿Quiénes eran los malos? No quiero decir los borbones, porque alguien podría entenderlo de una manera sesgada, pero sí los que defendían la vía del absolutismo, la vía del autoritarismo, los que pensaban que el rey era el que tenía que dominar todos y cada uno de los aspectos de la vida cotidiana... como Luis XIV, que aspiraba a laminar cualquier opción participativa. [...] Por lo tanto, en este conflicto [del siglo XVIII], también hubo opciones de progreso y opciones conservadoras, en contra del progreso de la humanidad; y en este caso los catalanes estuvieron en el bando en el que debían estar de manera congruente".
Y se queda tan a gusto. Un catedrático de Didáctica de las Ciencias Sociales que propone explicar la historia en términos de buenos y malos.
El artículo entero,
AQUÍ.
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