Acabamos de cambiar el reloj, medida de ahorro energético que se remonta a 1974. Pero para muchos el origen remoto de esta medida es una propuesta, ni más ni menos, que de Benjamín Franklin. Os transcribo la noticia aparecida en 2006 en el gratuito 20 minutos:
"El germen de esta idea se remonta al año 1784, cuando Benjamín Franklin, siendo embajador de EEUU en Francia, envió una carta al diario Le journal de Paris en la que proponía algunas medidas para el ahorro energético.
Franklin propuso tres medidas: imponer un gravamen a las personas cuyas contraventanas impidiesen la entrada de luz a sus habitaciones, regular el consumo de cera y velas, y hacer repicar las campanas de la iglesia al amanecer para que todo el mundo se levantase a la misma hora.
Estas propuestas no se tomaron en serio, pero al poco tiempo comenzaron los primeros experimentos de iluminación con gas, cuya peligrosidad hizo plantearse seriamente el tema del ahorro energético.
Así, poco a poco, las ideas de Franklin fueron retomándose y evolucionando hasta llegar a la conclusión de que lo más conveniente era cambiar la hora, una medida que no se instauró plenamente hasta 1974".
Franklin propuso tres medidas: imponer un gravamen a las personas cuyas contraventanas impidiesen la entrada de luz a sus habitaciones, regular el consumo de cera y velas, y hacer repicar las campanas de la iglesia al amanecer para que todo el mundo se levantase a la misma hora.
Estas propuestas no se tomaron en serio, pero al poco tiempo comenzaron los primeros experimentos de iluminación con gas, cuya peligrosidad hizo plantearse seriamente el tema del ahorro energético.
Así, poco a poco, las ideas de Franklin fueron retomándose y evolucionando hasta llegar a la conclusión de que lo más conveniente era cambiar la hora, una medida que no se instauró plenamente hasta 1974".
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