Antiguamente se decía "una riá"; luego hablábamos de inundaciones; llegaron las "gotas frías" y ahora es la DANA (depresión aislada en niveles altos).
La serie histórica de inundaciones de la cuenca del Segura, ya sean provocadas por DANAS o no, es muy larga. De todas ellas, dos se han llevado la palma: la "riá" de San Calixto (1651) y la "riá" de Santa Teresa (1879). De esta última quedan muchas huellas en la ciudad como, por ejemplo, la placa en la Plaza Hernández Amores, en el edificio que fuera sede de El Liberal; y otra en la calle San Carlos, en el colegio de las Terciarias Franciscanas. Y como no, al final del Malecón, la estatua a Don José María Muñoz.
Pero la riada que hemos vivido ayer y hoy es de las más graves, sobre todo teniendo en cuenta que es la primera vez que el Segura se desborda desde que en los años '80 el Gobierno Regional de Carlos Collado realizara el plan de avenidas. Lo que ha caído es muy gordo. Pero no es un hecho singular. Forma parte de nuestro clima que tiene la relación de amor-odio con el Río Segura.
Otra de las manifestaciones relacionadas con la historia es que haya sonado la campana de la hornacina de la Virgen de los Peligros, en el puente viejo, para anunciar el riesgo de desbordamiento. En la huerta, la costumbre era hacer sonar una caracola, razón por la que el título de la única novela del escritor murciano Pedro Jara Carrillo fuera "Las Caracolas".
Dicen, por cierto, que la campana se ha activado misteriosamente, sin que la camarera de la Virgen de los Peligros haya intervenido (parece ser que es la única que tiene el mando correspondiente)...
-Léelo AQUÍ.
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